‘Por qué eres tú’ es una de las líneas más famosas de Shakespeare, hablada por Julieta en su obra Romeo y Julieta. Después de conocer a Romeo en la fiesta que su padre ha organizado para celebrar su compromiso con París, Juliet sube a su habitación. Sale a su balcón y, al no poder sacar al guapo joven Romeo Montague de su mente, suspira y dice su mente en voz alta.
Ella dice:
«Oh Romeo, Romeo, ¿por qué el arte, aunque Romeo?
Negar a tu padre y a rechazar tu nombre
O si quieres no, pero jurada mi amor
Y voy a dejado de ser una Capuleto.»
Al llegar por primera vez a eso, la mayoría de los estudiantes pensarían que se está preguntando dónde está Romeo. Sus maestros a menudo tienen que ponerlos en claro porque ‘por qué’ es una de esas palabras del inglés moderno temprano que se han perdido para nosotros, pero en este caso se parece mucho a una palabra que usamos: ‘dónde. De ahí la confusión.
Aunque el lenguaje de Shakespeare no es difícil de entender porque se parece mucho al inglés que hablamos hoy en día, algunas palabras se han perdido o han evolucionado para significar algo completamente diferente. Por ejemplo, si Julieta o la enfermera se hubieran referido a Romeo como un joven valiente, habrían significado que era guapo o guapo. Si hubieran hablado de él como un bribón, habrían dicho que es un niño pequeño o un sirviente. Hay muchas de estas palabras en Shakespeare, pero no las suficientes para hacer que sus textos sean difíciles de entender. El significado suele ser muy claro cuando se lee en contexto.
Sin embargo, ‘por qué’ es un poco más difícil porque podría ser confuso. En inglés renacentista, «por qué» significaba «por qué». Julieta dice: «¿Por qué eres Romeo?»
Esta es una expresión del miedo de Juliet de que este amor recién despertado termine en un fracaso. Hay una antigua disputa en Verona entre los Capuletos y los Montesco. Ella es un Capuleto y Romeo es un Montesco. No hay manera de que se produzca una unión entre ellos porque la hostilidad entre las dos familias está firmemente establecida y la situación es inamovible.
Su miedo al fracaso está bien fundado porque siguen adelante con su historia de amor y de hecho se casan. Y, como ella teme, resulta en un fracaso.
En ese discurso Julieta está deseando que Romeo no sea Romeo Montague, sino que tenga un nombre diferente. No importaría su nombre mientras no fuera el nombre del hijo de Montague. Si el chico del que se acaba de enamorar fuera de otra familia, estaría bien. La implicación de la disputa recae pesadamente sobre ella, como lo hace a lo largo de la obra. En su opinión, si él cambiaba su nombre, o, de hecho, si ella cambiaba el suyo, seguirían siendo las mismas personas. «¿Qué hay en un nombre?»ella dice. «Una rosa con cualquier otro nombre olería igual de dulce.»No es el nombre de Romeo lo que la hace amarlo, es el chico por el que se ha enamorado, independientemente de su nombre. Es una pena que sea un montesco. Y así suspira «¿por qué eres Romeo? »