Cada empleador y gerente se encontrará en algún momento con uno o dos empleados que tienen una mala actitud.

Un empleado con una mala actitud, ya sabes el tipo de persona, poco cooperativo, grosero, no muestra compromiso, actúa insubordinadamente, habla mal de sus colegas o evade sus responsabilidades profesionales. Esto puede ser enormemente perjudicial y perjudicial para su organización. Puede causar disminución de la productividad, baja moral del personal y un entorno laboral negativo.

En lugar de simplemente «soportar» la mala actitud de un empleado, debe tomar medidas para corregir los problemas principales para evitar que se desarrollen problemas más grandes (y más costosos).

¿Cómo debo abordar la mala actitud de un empleado?

Al principio, debe sentarse con el empleado e intentar abordarlo de manera informal.

Debe recordarles la ética y los valores de su empresa, y los estándares y expectativas que tiene para todos sus empleados. Debe explicar cómo ha notado ciertas actitudes y comportamientos y darles ejemplos específicos de lo que están haciendo, el efecto negativo que está teniendo en sus colegas y el entorno de trabajo y por qué no es aceptable.

También es importante darles la oportunidad de hablar, ya que pueden explicar las razones detrás de su mala actitud. Juntos, pueden explorar diferentes opciones para resolver cualquier problema. Por ejemplo, si su mala actitud se debe a que se sienten estresados debido a las demandas del trabajo, puede darles el apoyo que necesitan para superar esto.

A menudo, un enfoque informal puede ayudar a cortar la mala actitud de raíz, pero si no da los resultados deseados, deberá recurrir a sus procedimientos formales.

¿Qué procedimiento debo seguir?

Tendrá que establecer si se trata de un problema de rendimiento o de conducta. Lamentablemente, la distinción entre los dos no siempre es clara.

Cuando hablamos de rendimiento, estos son los empleados que no pueden hacer algo. Por ejemplo, el empleado puede tener una mala actitud porque a pesar de que se esfuerzan mucho, no pueden obtener las calificaciones necesarias o no tienen las habilidades adecuadas para hacer el trabajo, incluso después de la capacitación. Esto debe tratarse a través de su procedimiento de rendimiento/capacidad.

Cuando hablamos de conducta, estas son las personas que pueden hacerlo, pero no lo harán. Por ejemplo, a pesar de que pueden hacer su trabajo, son perezosos, deshonestos, siguen llegando tarde o se niegan a cumplir con sus deberes o seguir instrucciones razonables. Esto debe tratarse a través de su procedimiento disciplinario.

Puede haber algunos casos en los que haya elementos de ambos tipos de problemas.

Si no está seguro de qué procedimiento debe seguir, póngase en contacto con su Asesor de Derecho Laboral que le puede guiar paso a paso.

¿Quieres saber más?

Explore esto más a fondo leyendo nuestra guía:

  • Consejos principales sobre cómo manejar conversaciones difíciles
  • Cómo manejar el bajo rendimiento
  • Descripción general del proceso disciplinario

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.