Thomas Cranmer, el autor del Libro de Oración original en inglés, tradujo la Colecta de Pureza de una oración del siglo XI escrita en latín. Se cree que esta oración se basó originalmente en el Salmo 51. La Colecta de la Pureza ha llegado a casi todos los Libros de Oración Anglicanos del mundo. Huelga decir que se ha convertido en un distintivo de la Liturgia anglicana.
El Libro de Oración Común de 2019 restaura la Colecta de Pureza a su lugar adecuado, convirtiéndola en un requisito en la Liturgia. En el Rito II del BCP de 1979, la Colecta para la Pureza era opcional. El BCP 2019 también permite que el Sacerdote invite a la congregación a rezar la colecta al unísono.
¿Qué es una colección?
Una colecta es una oración destinada a recoger o resumir las oraciones de la comunidad. Pueden ser estacionales o para otras intenciones especiales. Las colecciones suelen seguir un patrón de cuatro pliegues. Este patrón es cierto para la Colección de Pureza.
- Invocación: Se dirige a Dios
- Meditación: Se describe algún atributo o actividad de Dios
- Petición: Se pide gracia o bendición
- Doxología: Una oración de alabanza al Padre, Al Hijo, Al Espíritu Santo
La Colecta para la Pureza es una manera poderosa de comenzar la adoración. Nos recuerda que cuando nos presentamos ante Dios, quedamos al descubierto. Dios ve y conoce todo lo que somos y todo lo que le traemos. Él conoce nuestras intenciones de venir a adorar. Él sabe si nuestro corazón está en las palabras que le hablamos o si nuestras mentes se han extraviado.
La oración le pide a Dios que use su perspicacia suprema y el poder del Espíritu Santo para filtrar nuestros pensamientos para que podamos adorar adecuadamente. Es un reconocimiento de que realmente no podemos adorar a Dios de la manera que él merece y requiere sin Su ayuda misericordiosa.
También nos recuerda qué tipo de adoración desea Dios. Un amor perfecto. Un amor que es completo. Un amor que incluye nuestro corazón, mente y alma. También es una adoración que magnifica el Nombre del Señor. Es una adoración que hace que el carácter de Dios sea conocido en todo el mundo. Pedimos a Dios que nos ayude a ser dignos de esta tarea. Dignos de llevar el nombre de Dios y compartir ese nombre a través de nuestra alabanza a Él. Nuestra adoración es tal que la fama y la grandeza de Dios se plantan en aquellos con quienes interactuamos.
Cuando vengas a adorar este domingo, te reto a rezar esta colecta para ti mismo. Que esas palabras guíen e informen lo que hacen al Señor.
La paz de Dios,
Fr. Paul