«¿Quién, después de todo, habla hoy de la aniquilación de los armenios?»
Mi decisión de atacar Polonia se tomó la primavera pasada. Originalmente, temía que la constelación política me obligara a atacar simultáneamente a Inglaterra, Rusia, Francia y Polonia. Incluso se habría tenido que correr este riesgo.
Desde el otoño de 1938, y debido a que me di cuenta de que Japón no se uniría a nosotros incondicionalmente y que Mussolini está amenazado por ese ingenuo rey y el traidor sinvergüenza de un príncipe heredero, decidí ir con Stalin.
En última instancia, solo hay tres grandes estadistas en el mundo, Stalin, yo y Mussolini. Mussolini es el más débil, porque ha sido incapaz de romper el poder de la corona o de la iglesia. Stalin y yo somos los únicos que imaginamos el futuro y nada más que el futuro. En consecuencia, dentro de unas semanas extenderé mi mano a Stalin en la frontera común germano-rusa y emprenderé con él la redistribución del mundo.
Nuestra fuerza consiste en nuestra velocidad y en nuestra brutalidad. Genghis Khan llevó a millones de mujeres y niños al matadero prem con premeditación y un corazón feliz. La historia ve en él únicamente al fundador de un estado. Es una cuestión de indiferencia para mí lo que una civilización débil de Europa occidental dirá de mí.
He dado la orden have y haré que un pelotón de fusilamiento ejecute a cualquiera que diga una sola palabra de crítica that de que nuestro objetivo de guerra no consiste en alcanzar ciertas líneas, sino en la destrucción física del enemigo. En consecuencia, he preparado mis formaciones de cabeza de muerte, por el momento solo en el Este, con órdenes de enviar a la muerte sin piedad y sin compasión a hombres, mujeres y niños de origen y lenguaje polaco. Solo así obtendremos el espacio vital (Lebensraum) que necesitamos. ¿Quién, después de todo, habla hoy de la aniquilación de los armenios?
Kevork B. Bardakjian, Hitler and the Armenian Genocide (Cambridge, Massachusetts: The Zoryan Institute, 1985).
El texto de arriba es la versión en inglés del documento alemán entregado a Louis P. Lochner en Berlín. Apareció por primera vez en What About Germany de Lochner? (Nueva York: Dodd, Mead & Co. De 1942), pp 1-4. El Tribunal de Nuremberg identificó más tarde el documento como L-3 o prueba USA-28. Otras dos versiones del mismo documento aparecen en los Apéndices II y III.Para el original alemán, cf. Akten zur Deutschen Auswartigen Politik 1918-1945, Serie D, Volumen VII, (Baden-Baden, 1956), pp.171-172.