Según una encuesta reciente, hay más de 15.000 libros impresos sobre liderazgo. Los artículos sobre liderazgo se cuentan por miles cada año.
Las conclusiones obvias que podemos sacar de estos hechos son que hay más libros y artículos sobre liderazgo disponibles de los que podemos esperar leer y que el liderazgo es claramente un tema crucial y permanente de interés para innumerables mujeres y hombres en la sociedad.
A pesar de la popularidad del tema, el liderazgo sigue siendo una paradoja. Las personas que buscan entenderlo leyendo un manual sobre el tema inevitablemente se sentirán frustradas y decepcionadas. El liderazgo, después de todo, es un arte, no una ciencia. Y el liderazgo no se limita a un campo o industria profesional, ya sea corporativo, gubernamental, militar, académico, religioso o de servicio. Los líderes trascienden los confines de una caja definitoria.
En primer lugar, los líderes no nacen, sino que evolucionan hacia ese papel. Según Warren Benis, una destacada autoridad en liderazgo, «El mito de liderazgo más peligroso es que los líderes nacen, que hay un factor genético en el liderazgo. Eso es una tontería;de hecho, es todo lo contrario. Los líderes se hacen en lugar de nacer.»
La magia del liderazgo fue capturada mejor por Lao Tzu: «Un líder es mejor cuando la gente apenas sabe que existe, cuando su trabajo está hecho, su objetivo cumplido, dirán: lo hicimos nosotros mismos.»Este es el arte del liderazgo en su mejor momento: el arte que oculta el arte.
El liderazgo es un arte proteico que desafía una definición simple. Puede tomar la forma de un estilo descarado de «comando y control» personificado por el general George S. Patton: «Guíame, sígueme o quítate de mi camino.»
O puede tomar una forma más sutil de liderazgo como lo ejemplifica Nelson Mandela: «Es mejor liderar desde atrás y poner a otros al frente, especialmente cuando celebras la victoria cuando ocurren cosas buenas. Toma el frente cuando hay peligro. Entonces la gente apreciará tu liderazgo.»
Quizás el presidente John F. Kennedy lo expresó mejor cuando observó: «El liderazgo y el aprendizaje son indispensables el uno para el otro.»Los líderes aprenden a convertirse en líderes, y continúan aprendiendo en su papel de líderes.