Desde computadoras personalizadas en nuestros bolsillos hasta automóviles autónomos, el mundo está a nuestro alcance hoy en día gracias a la tecnología. La tecnología ha avanzado en muchas áreas de nuestras vidas, haciendo que la información sea más accesible, mejorando la comunicación, cambiando el transporte, y la lista continúa. Si bien es fácil sentarse y beneficiarse de una gran cantidad de avances tecnológicos, es crucial que no nos volvamos ciegos a sus efectos en la sociedad. Hoy en día, la sociedad depende enormemente de la tecnología y no muestra signos de reducir su dependencia. Al pensar en la tecnología que afecta nuestras vidas, lo que viene a la mente puede ser más extremo de lo que está en juego actualmente. Pequeños aspectos de la vida cotidiana en la sociedad están cambiando, o ya han cambiado tan drásticamente que es simplemente una norma social.
Puede que todavía no tengamos coches voladores, y la inteligencia artificial no se ha apoderado del mundo, pero la tecnología sigue influyendo en la sociedad. Algo simple de notar en la superficie de los efectos de las tecnologías es que las personas ya no memorizan los números de teléfono. Los teléfonos inteligentes y la mayoría de los teléfonos de hoy en día, en general, pueden llevar cientos de números de teléfono que están a un clic de distancia. Si perdieras tu teléfono celular, y todos sus contactos, no tendrías idea de cómo ponerte en contacto con nadie.
¿Con qué frecuencia cuando ves una hermosa puesta de sol sacas tu teléfono y tomas algunas fotos? Con un acceso tan fácil a los teléfonos, especialmente los teléfonos inteligentes, las personas no viven el momento. Al ver algo que nos gusta, o que queremos recordar, nos retiramos del momento para tomar una foto y compartirla con nuestros amigos. Poco a poco estamos viviendo en cientos de momentos especiales de otras personas en lugar de los nuestros. Pequeñas invasiones de tecnología como esta no son algo que será el fin de la raza humana tal como la conocemos, pero pequeñas invasiones de tecnología en nuestras vidas están cambiando lentamente la sociedad.
Muchas personas se preguntan cómo encajarán la sociedad y la tecnología; esta preocupación solo se amplifica cuando se trata de niños. Los niños están expuestos a las pantallas a una edad temprana, pasando tiempo frente a computadoras portátiles, televisores y otras tecnologías. Esto ha cambiado la forma en que los niños interactúan socialmente. Los niños de hoy en día pueden enviar mensajes de texto o mensajes a sus amigos en línea para comunicarse en lugar de simplemente ir y llamar a su puerta. Una investigación realizada por la Universidad de California, Los Ángeles, descubrió que los niños pasan más tiempo frente a las pantallas que nunca, lo que puede afectar su capacidad de empatizar y reconocer las emociones de alguien. El estudio encontró que los niños de sexto grado que pasaron cinco días sin estar expuestos a la tecnología eran significativamente mejores para leer las emociones humanas que los niños que tenían acceso regular a teléfonos, televisores y computadoras. A un grupo de niños se les permitió el uso de sus dispositivos electrónicos durante un período de cinco días, mientras que al otro grupo no se le permitió. El estudio concluyó que los niños que no tenían acceso a sus dispositivos electrónicos durante el período eran mejores para captar emociones y señales no verbales de fotos de caras que el grupo que tenía acceso a sus dispositivos electrónicos. El aumento de la interacción cara a cara que el grupo de prueba había hecho que los estudiantes fueran más conscientes de las expresiones faciales distintivas.
La tecnología puede hacernos la vida más fácil, pero cada beneficio conlleva un costo potencial. Aún podemos avanzar tecnológicamente sin impactar demasiado a la sociedad si comprendemos estos costos y los minimizamos. Hay que encontrar un equilibrio entre el uso correcto de la tecnología y saber cuándo apagarla. Sin embargo, encontrar este equilibrio está en manos de la gente y, en última instancia, influirá en nuestra sociedad para las generaciones venideras.