El ciclo de reproducción entre perros y humanos no es exactamente el mismo. Para las perras, pasan por lo que se llama un ciclo de calor (estro). Una vez que llegan a la pubertad, las perras en promedio entrarán en celo dos veces al año.

Mientras están en celo, los perros pueden comenzar a quejarse o mostrar molestias. Sin embargo, esto no se debe necesariamente a la menstruación o los calambres menstruales. El lloriqueo podría deberse a una variedad de razones, como una forma en que el perro exprese una llamada de apareamiento, para buscar la atención del dueño del perro, o tal vez incluso debido a la incomodidad causada por los cambios hormonales.

Cuando los seres humanos tienen calambres menstruales, es el resultado de la contracción de las paredes del útero para desprenderse de su revestimiento. Esto no sucede con los perros. En lugar de desprenderse, el cuerpo de un perro intenta reabsorber el revestimiento del útero. Esto provoca una secreción de sangre, pero no necesariamente implica cosas como espasmos musculares y contracciones.

Si su perro muestra signos importantes de angustia mientras está en celo, se recomienda llamar al veterinario. Es posible que deba manejar a su perro más de lo habitual para ayudarlo a atravesar el ciclo de calor. Asegúrese de que tenga un lugar seguro, cálido y cómodo en casa para descansar y recuperarse.